El director de la EIIC pone en duda la viabilidad del vaciado de Tindaya
Lo de Tindaya tiene visos de convertirse en el caso que más literatura ha generado en la historia de Canarias. De periodistas, del régimen o no, políticos, construgobernantes o no, se une ahora el debate en el seno de los ingenieros.
Su director, Lorenzo Fernández-Ordóñez, expuso en la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria algunos argumentos que ponen en entredicho la idea distópica (que no útopica) que consiste en vaciar parte de su interior.
En cuanto al terreno sobrante, a los escombros generados por el vaciado de la montaña, el arquitecto dijo que "todo ese material será utilizado para reconstruir el paisaje de las canteras de áridos abandonadas". El señor, pese a sus buenas intenciones, es muy listo, propone agujerear la montaña, por si funciona o no. Si funciona, perfecto, el atraco ya está hecho. Si no, y se desmorona la montaña, pues ya pensamos que hacemos con lo extraído. ¡Un plan maestro!
Fernández-Ordóñez, insistió: "Tenemos que actuar para conocer el comportamiento real de la montaña" y explicó que sólo la intervención directa sobre la piedra "nos dirá si realmente la montaña aguantará el vaciado para que el proyecto se acerque lo máximo posible a la idea de Eduardo Chillida".
Durante la conferencia abundó en la posibilidad de que la montaña no aguantara el vaciado, con lo que se tendría que renunciar a su construcción por miedo a un desmoronamiento a pesar de complejos sistemas de anclaje.
Sólo falta por saber si el vaciado de los bolsillos de los contribuyentes también supondrá un desmoronamiento, pero de la economía. Los datos reflejan que en Fuerteventura sus 100.000 habitantes, soportan un débito de 578 euros per cápita por el fuerte endeudamiento de sus Ayuntamientos con las entidades financieras. Y lo de Tindaya ya va por el par de decenas de millones de euros en pérdidas.
Pero los titiriteros de Coalición Canaria como siempre, animando el disparatado convite de los construgobernantes.
MÁS INFORMACIÓN: http://fuerteventuralimpia.blogspot.com/
Su director, Lorenzo Fernández-Ordóñez, expuso en la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria algunos argumentos que ponen en entredicho la idea distópica (que no útopica) que consiste en vaciar parte de su interior.
En cuanto al terreno sobrante, a los escombros generados por el vaciado de la montaña, el arquitecto dijo que "todo ese material será utilizado para reconstruir el paisaje de las canteras de áridos abandonadas". El señor, pese a sus buenas intenciones, es muy listo, propone agujerear la montaña, por si funciona o no. Si funciona, perfecto, el atraco ya está hecho. Si no, y se desmorona la montaña, pues ya pensamos que hacemos con lo extraído. ¡Un plan maestro!
Fernández-Ordóñez, insistió: "Tenemos que actuar para conocer el comportamiento real de la montaña" y explicó que sólo la intervención directa sobre la piedra "nos dirá si realmente la montaña aguantará el vaciado para que el proyecto se acerque lo máximo posible a la idea de Eduardo Chillida".
Durante la conferencia abundó en la posibilidad de que la montaña no aguantara el vaciado, con lo que se tendría que renunciar a su construcción por miedo a un desmoronamiento a pesar de complejos sistemas de anclaje.
Sólo falta por saber si el vaciado de los bolsillos de los contribuyentes también supondrá un desmoronamiento, pero de la economía. Los datos reflejan que en Fuerteventura sus 100.000 habitantes, soportan un débito de 578 euros per cápita por el fuerte endeudamiento de sus Ayuntamientos con las entidades financieras. Y lo de Tindaya ya va por el par de decenas de millones de euros en pérdidas.
Pero los titiriteros de Coalición Canaria como siempre, animando el disparatado convite de los construgobernantes.
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