Tindaya: La resistencia continúa
En Fuerteventura hay una montaña que, como la aldea gala, ha resistido ahora y siempre al invasor. Asediada desde hace muchos años por un extraño ejército en el que todos quieren su parte del botín, la Montaña de Tindaya se ha convertido en un símbolo de resistencia. La lucha ha sido y es desigual: en un lado hay políticos, instituciones, gobiernos, grandes empresarios, una familia sin escrúpulos, medios de persuasión, una justicia que los ampara y nuestro dinero, que está en sus manos; detrás de las barricadas sólo personas y colectivos que aman y respetan la naturaleza y la historia de los pueblos.
Hace más de 25 años, cuando las canteras agujereaban la Montaña, ecologistas y profesionales de la arqueología denunciaron el expolio. Entonces el poder defendió con uñas y dientes el negocio de la extracción. Algunos años más tarde llegó a Fuerteventura un escultor vasco que traía consigo un sueño megalómano: agujerear una montaña para que entrara en su interior dinero con cara de turista. Y, claro, el poder siguió defendiendo la extracción: un formidable y misterioso negocio para lucrar a los de siempre: sin mover una piedra para la obra de arte sin artista, Tindaya –convertida ya en mercancía especulativa- nos ha costado 140 millones de euros.
Encabezada por el consejero Contra el Medio Ambiente de Canarias, Tindaya está viviendo su penúltima ofensiva. Con su tradicional desvergüenza, el poder en Canarias está aprobando normas y leyes para propiciar la conversión de ese singular y bello espacio natural y cultural en una caverna con derecho de admisión. Pero, hoy como ayer, Tindaya resiste protegida por las brujas y por personas irreductibles con una poción mágica secretamente conservada desde los albores de la Historia : la conciencia.
Por eso, ante el nuevo asedio, la Coordinadora Montaña Tindaya está organizando unas jornadas de defensa de la Montaña. Serán el 25 y 26 de junio en Fuerteventura y todas las personas y colectivos que sobrevivimos al imperio de la corrupción están invitadas a colaborar y/o participar activamente para que la resistencia se sienta y perdure. Así que vayan haciendo un huequito en sus agendas, en sus corazones y en sus conciencias para esas fechas. Salud.
Seguiremos informando.
Coordinadora Montaña de Tindaya
Hace más de 25 años, cuando las canteras agujereaban la Montaña, ecologistas y profesionales de la arqueología denunciaron el expolio. Entonces el poder defendió con uñas y dientes el negocio de la extracción. Algunos años más tarde llegó a Fuerteventura un escultor vasco que traía consigo un sueño megalómano: agujerear una montaña para que entrara en su interior dinero con cara de turista. Y, claro, el poder siguió defendiendo la extracción: un formidable y misterioso negocio para lucrar a los de siempre: sin mover una piedra para la obra de arte sin artista, Tindaya –convertida ya en mercancía especulativa- nos ha costado 140 millones de euros.
Encabezada por el consejero Contra el Medio Ambiente de Canarias, Tindaya está viviendo su penúltima ofensiva. Con su tradicional desvergüenza, el poder en Canarias está aprobando normas y leyes para propiciar la conversión de ese singular y bello espacio natural y cultural en una caverna con derecho de admisión. Pero, hoy como ayer, Tindaya resiste protegida por las brujas y por personas irreductibles con una poción mágica secretamente conservada desde los albores de la Historia : la conciencia.
Por eso, ante el nuevo asedio, la Coordinadora Montaña Tindaya está organizando unas jornadas de defensa de la Montaña. Serán el 25 y 26 de junio en Fuerteventura y todas las personas y colectivos que sobrevivimos al imperio de la corrupción están invitadas a colaborar y/o participar activamente para que la resistencia se sienta y perdure. Así que vayan haciendo un huequito en sus agendas, en sus corazones y en sus conciencias para esas fechas. Salud.
Seguiremos informando.
Coordinadora Montaña de Tindaya
1 comentarios:
Hay que resistir siempre, pero ahora más que nunca hay que hacerlo contra el poder y contra el capital.
¡Ánimo Tindaya!
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